jueves, 29 de diciembre de 2011

"Norteceremonial"
"Cuyacas le cantan en círculos ancestrales a la gran Madre Diosa del desierto en los surcos de la pampa. La ñusta de Tarapacá... Diosa y eterna madre que nace de la tierra. Nuestra Pachamama amada, de ella provienen el amor, de ella proviene la contemplación del desierto". Así me inspiré y escribí sobre la obra plástica llamada "Norteceremonial", en la invitación que me hicieron de participar en el proyecto "Interpretación artístico-plástica de leyendas de la tradición folclórica de la I región Tarapacá", financiado el 2001 por el FONDART. Ahí interpreté plásticamente la leyenda de La Tirana, retirándole los elementos de manipulación del mito, como el sucumbir para traicionar a sus dioses, su comunidad "por amor a quien le oprime" y con ello el castigo, la muerte y la tragedia (parecidos a los cuentos y relatos infantiles). A través de la arcilla y con pastas autofraguantes, reposiciono a la Ñusta de Tarapacá como mujer y amante nacida de la tierra, venerada por las cuyacas; en el momento en que el pueblo pampino la erige como la "reina del tamarugal". Para ello utilizo la simbología andina: las cuyacas le danzan en círculos sagrados y visten tiaras con triángulos y círculos usados en la antigua religión de la diosa. El triangulo pubiano alude a los genitales femeninos y el circulo es una forma originaria de poder. La Tirana lleva como corona la Cruz del Sur, en forma de rombo que alude a la chacana. El rombo es el genital femenino donde todos y todas nacemos, es la Pacha, y revela la trascendencia ya que las figuras son infinitas. La cruz del sur es la señalización de los vientos, el lugar que señala la tierra toda. Ambos brazos están modelados sobre su pecho, en una postura de meditación que muestra dos direcciones (arriba-cielo/abajo-tierra), el brazo izquierdo arriba, la que recibe y el brazo derecho abajo, la que da. 

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